sábado, 6 de noviembre de 2010

Bienvenidos al Blog de Antropología Social

Les doy la más cordial bienvenida al módulo de Antropología Social. La Antropología Social busca reflexionar sobre las diferentes problemáticas y realidades que giran en torno a la Antropología, en especial, desde la perspectiva social y cultural del hombre y la mujer. Desde una perspectiva análisis, este módulo intenta describir y analizar la experiencia del hombre y la mujer latinoamericanos frente a una cultura “adveniente” y su respuesta mediadora que se traduce en una emergencia de la Sociedad Civil.

¿Qué es la Antropología y qué especificación tiene la Antropología Social? ¿Qué significa ser hombres y mujeres en América Latina? ¿Cómo podemos hacer Antropología situados desde el contexto latinoamericano hoy en día? ¿De qué manera podemos definir ciertas categorías antropológicas como persona-comunidad, cuerpo-espíritu, cultura-institución? Estas y algunas preguntas más marcarán nuestra reflexión antropológica en el presente módulo.

Por este motivo, los invito a que a través de este Módulo de Antropología Social podamos ir reflexionando desde una perspectiva antropológica nuestra realidad latinoamericana. Sobre todo, los invito a cada uno de Uds. a ser parte de este análisis antropológico, y a su vez, ampliar su reflexión y buscar nuevos caminos para la Antropología Social tanto en América Latina como en el Ecuador.

miércoles, 19 de mayo de 2010

¿Qué es la Antropología Social?


La Antropología (del griego άνθρωπος anthropos, 'hombre (humano)', y λογος, logos, 'conocimiento') es la ciencia social que estudia al ser humano de forma holística. Combinando en una sola disciplina los enfoques de las ciencias naturales, sociales y humanas. La antropología es, sobre todo, una ciencia integradora que estudia al hombre en el marco de la sociedad y cultura a las que pertenece, y, al mismo tiempo, como producto de éstas. Se la puede definir como la ciencia que se ocupa de estudiar el origen y desarrollo de toda la gama de la variabilidad humana y los modos de comportamientos sociales a través del tiempo y el espacio; es decir, del proceso biosocial de la existencia de la especie humana.

La Antropología Social estudia el comportamiento humano, la cultura, las estructuras de las relaciones sociales. En la actualidad la antropología social se ha volcado al estudio de Occidente y su cultura. Aunque para los antropólogos de los países centrales (EE.UU., Gran Bretaña, Francia, etc.) éste es un enfoque nuevo, hay que señalar que esta práctica es común en la antropología de muchos países latinoamericanos (como ejemplo, la obra de Darcy Ribeiro sobre el Brasil, la de Bonfil y Gonzalo Aguirre Beltrán sobre México, etc.). Dependiendo de si surge de la tradición anglosajona se conoce como antropología cultural y, si parte de la escuela francesa, entonces se le denomina etnología. Quizá se haya distinguido de la antropología social en tanto que su estudio es esencialmente dirigido al análisis de la otra edad en tanto que el trabajo de la antropología social resulta generalmente más inmediato. Uno de sus principales exponentes es Claude Lévi-Strauss, quien propone un análisis del comportamiento del hombre basado en un enfoque estructural en el que las reglas de comportamiento de todos los sujetos de una determinada cultura son existentes en todos los sujetos a partir de una estructura invisible que ordena a la sociedad.

(Tomado de Wikipedia)

martes, 18 de mayo de 2010

Un nuevo sujeto antropológico desde la Cultura Emergente en América Latina

Por Jorge Balladares
¿Quién es este nuevo tipo de ser humano que surge de la cultura emergente desde América Latina? ¿Qué busca? ¿Hacia dónde va? Estas preguntas van a guiar parte de nuestra reflexión en torno a este sujeto antropológico cuyo punto de partida está caracterizado por una emergencia en movimiento.


Y como hombre y mujer emergentes nos vamos a referir al “ser latinoamericano” que representa a todos los hombres y mujeres -situados desde América Latina- de cualquier raza, nación, sexo, etnia, clase social, ingreso económico, cultura, religión, tendencia política. Desde su "estar siendo latinoamericano" podemos observar la gestación de una racionalidad comunicativa, democrática y autogestionaria, y al mismo tiempo comunitaria, solidaria y pluralista.


Entonces diremos que el actual desafío del nuevo sujeto antropológico consiste en lograr una síntesis vital transformadora entre su herencia cultural latinoamericana y lo válido del progreso, de la sociedad y de la cultura adveniente. Esta síntesis transformadora ha de ser creativa, sin que sea una copia de modelos externos que no respondan a la propia idiosincrasia cultural y al sentido humano.

El sujeto antropológico emergente, como protagonista, busca una actitud vital de discernimiento ante lo bueno y las contradicciones de lo adveniente y de lo propio. Pero para asimilar la cultura adveniente también tiene que haber una "apropiación" -una identidad de lo nuestro, de la tierra, de uno mismo- para luego asimilar lo que venga de afuera. Desde la "apropiación" podremos re-descubrir lo símbólico -la plurisignificatividad y el contacto con la tierra- como una dimensión del hombre que, a su vez, re-ubica lo adveniente.

Este sujeto responde a su cultura desde su cultura; el hombre y mujer emergentes, como protagonistas y actores, adoptan, resisten y transforman en todos los niveles social-económico-político-religioso-educativo-cultural lo "suyo" y lo "extraño para sí. Todo esto nos lleva a pensar en un nuevo humanismo desde América Latina cuyas características sean la integración, gratuidad, creatividad, participación, libertad, comunión, diálogo, comunicación, afecto por lo nuestro, consentimiento, concertación, entre otros.

Pero muchas veces el hombre emergente tiene que sobrevivir frente a las situaciones límites, de pobreza y de injusticia cuya causa la encontramos en los modelos estructurales propuestos por lo adveniente. Su capacidad de re-vivir frente a situaciones de muerte lo llevan a luchar contra las amenazas, y a su vez, a buscar respuestas alternativas desde su idiosincrasia propia que le permitan sobre-vivir y tener "ganas de vivir". Frente a los momentos extremos surge aquella dimensión originaria propia de nuestras culturas tradicionales no sólo como re-situadora, sino como re-vivificante y re-significadora con un "plus" de sentido de la vida y existencia del hombre del ser humano.